El otro día tuve la oportunidad de asistir en Alcañiz al campeonato del mundo de Moto GP en Motorland. En primer lugar mis felicitaciones para la organización. Todo el mundo lo ha puesto por las nubes y me sumo. No he oído sin embargo ninguna observación sobre una circunstancia que transmitiré a mis amigos del IAF.
El otro día teníamos 30 grados, nos pusimos morenitos y con una cervecita daba gusto estar allí al aire libre. La salida del circuito fue más fluida de lo que se esperaba, yo utilicé el autobús que con pequeños desajustes horarios, lógicos por otra parte, funcionó muy bien. También me di una vuelta por las tiendas, compré camisetas y gorras para los peques, todo ello bajo un cielo azul radiante. Luego compramos unos bocadillos que fuimos terminando al tiempo que paseábamos, ya que no encontré mucha sombra y la espera del autobús la hicimos en amable tertulia con otras gentes que me enseñaban cosas sobre mí ignorado tema de las motos.
Y de repente me pregunté y ¿Que sucedería si caen aquí cuatro gotas (no digo un chaparrón, ni lluvia en los entrenamientos)? ¿Cómo hubiera sido la salida, la espera al autobús? ¿Cómo el paseo comprando cosas? ¿Dónde me hubiera podido comer el bocadillo con mi cerveza? Sinceramente no lo sé. Igual estaba de alguna manera previsto pero yo no lo vi. Y como aquí se trata de sacar pensamientos emprendedores me acordé de aquellos negocios que funcionaban estupendamente bien cuando hacia buen tiempo y que cuando cayeron las primeras cuatro gotas de la crisis sucumbieron ahogados. Es que no se pueden plantear los proyectos pensando que siempre va a hacer buen tiempo.
1 comentario:
Te encontré!!
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